Coplas a la muerte de don Rodrigo Manrique, su padre. Jorge Manrique



I

Recuerde el alma dormida,
avive el seso y despierte,
contemplando
cómo se pasa la vida,
cómo se viene la muerte
tan callando;
cuán presto se va el placer,
cómo, después de acordado
da dolor,
cómo, a nuestro parecer,
cualquiera tiempo pasado
fue mejor.

Comentarios

Entradas populares de este blog

La belleza del marido. Un ensayo narrativo en 29 tangos. Anne Carson.

Pura pasión. Annie Ernaux.