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Pasos sobre el desierto, huellas que nos devuelven a un encuentro inconcluso, movedizo. El paisaje que ahora habito tiene la necesidad de descifrar enigmas. El destierro me deja inmóvil. La tarde no tiene un susurro que la corrompa. Si me acerco a la ventana, sé que te miraré. El exilio es una grieta que se ahonda y entreteje cicatrices de oscuro rizoma, sorda comunión legible.

(De Atajos para llegar a nadie)


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