III

 “Te lo dije, te lo dije”, repetía una voz, mientras intentaba desaparecer las manchas de sangre de mi falda.
 Frente a la ventana ellos lucían el traje de la añoranza.

Peldaño a peldaño cayó cada tarde de mi vida
(De Peldaños)

Comentarios

Entradas populares de este blog

La belleza del marido. Un ensayo narrativo en 29 tangos. Anne Carson.

Pura pasión. Annie Ernaux.