Marido: último ejercicio de campo recortar los tres rectángulos y disponerlos de nuevo de tal modo que los dos comandantes cabalguen los dos caballos Duele estar aquí. «Solo tú pudiste escapar.» Contar una historia sin contarla: querida sombra, esto lo escribo despacio. Ella con sus inicios. Yo con mis finales. Pero todo vuelve a una luna azul de junio y a una noche mancillada como dicen los poetas. Se supone que algunos tangos van sobre mujeres pero mira este. A quién ves reflejado muy pequeño en cada una de sus lágrimas. Ahora mira cómo doblo esta página para que creas que eres tú.
Cuando era niña, para mí el lujo eran los abrigos de pieles, los vestidos de noche y las mansiones a orillas del mar. Más adelante, creí que consistía en llevar una vida de intelectual. Ahora me parece que consiste también en poder vivir una pasión por un hombre o una mujer.
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