V

Las respuestas esenciales fueron colocadas una a una sobre la mesa, como cualquier partida de póquer, tintineaba la luz desde algún resquicio, es así como la vida era interrumpida a cada instante.
No hubo boda alguna. Mis manos caían sobre el rosario, a él ataba cualquier deseo. Yo era la tarde cayendo. Yo cayendo era la tarde.

Peldaño a peldaño cayó cada tarde de mi vida
(De Peldaños)

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