VI


La casa era habitada por mujeres, cada una de ellas era inatrapable, ninguna sortija sobrevivió a la altivez. El sí era el dardo exacto para el amante. Buscaron algún refugio donde no fueran parte de una caja torácica, evangélicamente no hubo respuesta. Todo fue inútil.
(De Peldaños)

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